El fuerte de la Switch

El fuerte de la Switch

La consola Nintendo Switch fue lanzada el 3 de marzo de 2017. La consola buscaba reposicionar al gigante nipón que salía del fracaso comercial de su última consola, la Wii U. El formato híbrido entre consola y portátil no convenció desde el inicio, ni tampoco lo hicieron sus especificaciones técnicas que la colocaban por debajo de las consolas tradicionales lanzadas por Sony y Microsoft en 2013. No obstante, el veredicto llegaría con el software, el punto fuerte de Nintendo. La consola se lanzaría con el Legend of Zelda: Breath of the Wild, juego que también estaría disponible para la Wii U para la cuál fue anunciado originalmente. El juego superaría para 2018 las 10 millones de copias vendidas y se convertiría en el motor de ventas de la Switch. Sin embargo, también lo acompañarían el Mario Kart 8 Deluxe en abril, el Super Mario Odyssey en octubre del mismo año. Sumado a esto, a finales de 2018 se sumará un servicio online que aportará juegos clásicos, hoy disponibles en las versiones SNES Mini y NES Mini que Nintendo sacara al mercado a partir del 2016.

Como toda consola de Nintendo, el apoyo que recibió de los múltiples desarrolladores que trabajan para la gigantesca N se hizo sentir inmediatamente. Así llegaron durante la E3 los anuncios de relanzamientos, del Bayonetya 1 y 2, o el Hyrule Warriors Definitive Edition, junto con los trailers de juegos nuevos como el Splatoon 2, el Bayonetta 3 o incluso el tan esperado Metroid Prime 4. Sin embargo, el apoyo de los desarrolladores tercerizados (llamados en la industria Third Party) fue tibio, lo que evocaba recuerdos del poco, casi nulo, apoyo que recibió la consola anterior, la Wii U.

Las ausencias de versiones de los juegos principales de los publicadores Activision y Electronic Arts, como el Call of Duty o el Battlefield, eran esperables. Sin embargo, la ausencia de versiones de juegos como Crash Bandicoot: N’Sane Trilogy (hasta ese momento anunciado como exclusivo de PlayStation) o el Mass Effect Andromeda, daba a entender que se repetiría el ciclo de la consola anterior. Sin embargo, fue el publicador Bethesda Softworks quien sembró confianza entre los Third Party, lanzando en 2017 versiones de los exitosos DOOM y Elder Scrolls V: Skyrim Special Edition en la Switch. Los juegos resultaron adaptarse perfectamente a la consola y terminaron acumulando ventas más que decentes. Sin embargo, el golpe más fuerte de la industria tradicional vendría de la mano del publicador francés Ubisoft, quien lanzaría el juego Mario + Rabbids: Kingdom Battle. El juego de estrategia por turnos combinaba los personajes Rabbids con los personajes clásicos de Nintendo. La colaboración no solo fue un éxito de ventas, sino que abrió las puertas de la hermética compañía nipona, quien desde siempre mantuvo un riguroso y estricto control sobre sus propiedades intelectuales.

Con el apoyo de más Third Party la Switch se convirtió en tierra fértil para los publicadores y comenzaron a ser anunciadas cada vez más versiones de juegos. Batman The Telltale Series, Crash Bandicoot: N’Sane Trilogy, Diablo III: Eternal Collection, Dragon Quest XI, Fortnite Battle Royale, Lego The Incredibles serían algunos de los numerosos anuncios que se precipitarían de la segunda mitad de 2017 al día de hoy. Anuncios que continúan como con FromSoftware que anunció el Dark Souls Remastered (que se lanzará el 19 de octubre de 2018) llegaría a la Switch al igual que las consolas tradicionales. Este aluvión de nuevos anuncios no sólo dio más vida a la Switch sino que continuó con la apertura de Nintendo a las colaboraciones con desarrolladores externos, como puede ser el caso del Starlink: Battle for Atlas. Un juego de naves espaciales de exploración y combate que ya cuenta con la participación de los personajes (y sus naves) de Star Fox.

Pero el gran golpe maestro que consolidaría a la Nintendo Switch han sido los Nindies (como eligió denominarlos la marca nipona en sus Directs). La estrategia con el desarrollo de la consola estuvo puesta en el precio de los DevKits (versiones oficiales modificadas de las consolas que se utilizan para el desarrollo de juegos) en la módica suma de 450 dólares (comparativamente un devkit de PlayStation 4 puede ascender hasta los 2500 dólares). Con este bajo costo de entrada los desarrolladores independientes se volcaron desde inicios de 2017 a hacer versiones de sus juegos para la consola híbrida. Lo que le trajo a la Switch un catálogo de juegos no solo diverso sino también pionero en propuestas de juego, mecánicas y estilos gráficos. A su vez el sector independiente encontró un éxito de ventas y de visibilidad inesperada en la Switch, llevando incluso en algunos casos, a vender cuatro veces más en la consola híbrida que en las tradicionales, como fue el caso que confirmó una persona asociada al juego Dead Cells (recientemente lanzado). Juegos como La Mulana, Bastion, Transistor y el Hyper Light Drifter, que comenzaron su vida en PC u otras consolas ya han planeado (o llevado a cabo) su llegada a la Switch.

Por si todo lo anterior fuera poco, la Switch también se convirtió en un nicho inesperado de relanzamiento de juegos viejos. GameArts prometió remasterizar y relanzar sus juegos Grandia y Grandia II para la consola. Sega Ages se encuentra trabajando el lanzamiento de múltiples juegos de toda la trayectoria de SEGA. Capcom redobla su apuesta con los clásicos (y nuevos) juegos de Megaman. Incluso recientemente Just Add Water anunció el lanzamiento del Oddworld Stranger’s Wrath. Quizá el impacto más fuerte de los últimos días fue la resurrección del Onimusha: Warlords.

La Nintendo Switch ha pasado así a convertirse en una de las propuestas más atractivas para aquellos fanáticos de los videojuegos a los que les interese explorar las nuevas tendencias, revisitar viejos juegos clásicos, estar en sintonía con algunos de los últimos anuncios y sostener al mismo tiempo la infalible garantía de calidad que tienen los títulos de Nintendo.

 

 

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